Si la ira que provocan determinadas experiencias personales o hechos externos no se expresa, puede ser perjudicial para la salud cardiovascular, especialmente de las mujeres. ¿Es bueno o no expresar el enfado? ¿En qué medida nos puede perjudicar?
La investigación realizada por el departamento de Personalidad, Evaluación y Tratamiento Psicológicos de la UNED revela que, comparando la ira manifestada con la interiorizada, es preferible expresarla puesto que la recuperación hasta los niveles normales es más rápida que si se reprime.