Dicen algunos que la soberbia no es sólo el mayor de los pecados capitales, sino que también es la raíz misma del pecado. Unos dicen que se trata del orgullo, otros del menosprecio al prójimo. Inevitablemente imposibilita la convivencia debido a que nuestros destinos están inevitablemente unidos.
Seguimos con nuestra serie de pecados capitales hablando de este mal con diversos sinónimos: orgullo, vanidad… Martín Lutero afirmó sobre la soberbia: “Tengo tres perros peligrosos: la ingratitud, la soberbia y la envidia. Cuando muerden dejan una herida profunda.”