“Después de su baño habitual, de jugar y de reírse con las enfermeras se quedó en un sueño profundo”, así describen los padres el fallecimiento de su hijo. La muerte y el nacimiento forman parte del ciclo natural de los seres vivos y son las dos únicas certezas que tenemos en la vida. Sin embargo, la muerte de un hijo es la peor de las pesadillas para los padres, con la que se aprende a convivir. “El dolor de esta pérdida no desaparece, aunque sí se puede transformar e integrar con el tiempo. Sin olvidar que no hay recetas, pautas, ni tiempos, porque cada caso es único y lleva su propio proceso y ritmo”, explica Tew Bunnag, fundador de la Asociación Vinyana. Hablamos de un tema doloroso y duro en nuestra Mesa de Actualidad y para tratarlo tenemos a Fernando Díaz, Chema Riesco y Enrique Angurell.