No se hundió por una tormenta… El Titanic tenía todos los recursos, y recibió seis advertencias sobre el peligro que le circundaba, pero la soberbia por sus excelentes condiciones impidió a la tripulación darse cuenta del riesgo.
A más de un siglo de su hundimiento, debemos aprender su lección: Las catástrofes surgen por la confluencia de muchos factores: en el caso del Titanic hubo un exceso de velocidad, la carencia de botes salvavidas, falta de prismáticos, y la famosa soberbia humana.