La esencia del Día de Acción de Gracias es precisamente ser agradecidos. No es una sustanciosa cena, ni el inicio de las Navidades, ni siquiera una razón para reunirnos en familia. Nuestra sociedad es propensa a no practicar la gratitud, y con ello nos referimos a reconocer y sentirnos agradecidos por todo lo que tenemos, en lugar de centrarnos en aquello que nos falta.
La mente siempre estará predispuesta a señalar lo malo y las carencias, lo que nos lleva a una vorágine de pesimismo, decepción y frustración. Y es que alegría y agradecimiento son dos conceptos que están intimamente relacionados: «Cuanta más gratitud sientas, más feliz serás y tu vida cambiará más rápido» afirma Rhonda Byrne.